lunes, 23 de abril de 2012

Little savage mad


Contemplo su fotografía, tratando de descubrir qué esconde tras esa sonrisa, quisiera llegar hasta sus pensamientos, pero no puedo. Estoy tan lejos de ella... Sólo puedo observarla y envidiarla en la distancia. ¿Quién es esa joven tan risueña?
Sus ojos tienen un brillo especial que te hacen preguntarte si la sonrisa está dedicada a la cámara o a quien está tras ella... Nunca lo sabremos. Sólo podemos contemplarla en pleno éxtasis de felicidad, atusándose un mechón de pelo y regalando al fotógrafo una amplia sonrisa auténtica, nada forzada, que quedó grabada para la posteridad.
Sólo con verla se puede recuperar el inmortalizado momento, sentir esa alegría de vivir, la cual me tiene abandonada en estos momentos, pero con ella consigo recuperarla. Es posible ser feliz.
Vuelvo a creer en algo, siento que puedo lograr las cosas, ojalá vuelva a mí esa pequeña salvaje loca.

jueves, 5 de abril de 2012

La cita

Mientras contemplo el lluvioso cielo ramaliego y escucho The Beatles, no puedo evitar pensar al más puro estilo Carrie Bradshaw en la cita que tendré, no en la ciudad, si no con la ciudad. Por supuesto, no me refiero a Nueva York, me refiero a Santander. ¡Cuánto la echo de menos!
Hay tantas cosas por hacer allí... Un paseo por el cercano centro comercial, comenzar la ruta en El Empalme y de allí, ir hacia Peñacastillo, recorrer aquello. Dar la vuelta y llegar hasta el Alisal, estar en el peculiar parque encima de una rotonda. Tal vez, seguir por Cazoña, hasta la rotonda de los Osos...

Aunque también se podría haber bajado por Gerardo Diego e ir hasta el parque de la Vaca, a tomar el sol, escuchar música, leer o mejor aún, escribir. Mientras contemplas el tren pasar o a los niños (y no tan niños) jugar con su skate.

Continuar hasta Valdecilla sur para ir al parque de la Marga, no recomendable ir de noche, a no ser que seas drogadicto... Continuar por la calle Castilla, el barrio Pesquero (ni se te ocurra decir muy alto que apesta, al menos en esa zona). Visitar el Archivo Provincial, túnel sin retorno, ni te enteras del transcurrir del tiempo allí dentro.

Bueno, desde el parque, en vez de bajar por Valdecilla, se puede continuar hasta Cuatro Caminos, dirección San Fernando, estar en el parque o ir al otro lado a la calle San Luis, que se dice que ya no es lo que era... O subir a la calle Alta y visitar el Parlamento.

Ir de compras a la calle Burgos, hasta Jesús de Monasterio, desde Estudio a Beat. Alejarse una calle de la principal y hacer una parada en la biblioteca de Menéndez Pelayo o visitar el MAS (Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander). Quedar en la plaza del Ayuntamiento, gente de todo tipo verás... Continuar y antes de llegar a Correos visitar la Catedral. Tal vez ir a buscar a alguien a las Estaciones. Ir a la Porticada, acercarse hasta Café & Té a por un capuccino, para llevar. Estar sentado tranquilamente en la plaza Pombo o en los Jardines de Pereda.

Cruzar por donde el arco del Banco Santander, visitar la sala de exposiciones de la Fundación Botín. Subir hasta Río de la Pila, buen ambiente, sin duda. Descender de nuevo, ir a Puerto Chico, puedes disfrutar del mar, embarcarte y dar un paseo por la bahía.

Puedes atajar para llegar a la avenida de los Castros por el túnel de Tetuán, o por el contrario disfrutar de un largo y bello paseo por Castelar, ver alguna obra en el Palacio de Festivales, ir por Reina Victoria, ver la playa de Peligros o casas espectaculares. Llegar a la Magdalena, la playa, el zoo, el Palacio, el lugar en sí es precioso, la vista de la Isla de Mouro (algún día podré ir, no pierdo la esperanza). La playa de Bikinis.

Continuar hasta la playa del Camello (que según mi parecer visto desde la Magdalena bien podría ser una ballena...), de la Concha y llegar por fin a la de El Sardinero. Saborear un riquísimo helado del puesto que hay en Piquío. De ahí, bien puedes continuar a la siguiente playa, hasta el parque de Mesones, llegar al famoso hotel Chiqui. Visitar el gran parque de Mataleñas, seguir hasta el Faro (el picadero que le llaman). Una de las primeras frases que me dijeron al llegar a Santander: “si alguien te dice de ir al Faro es que quiere follar”.

Volver hasta el Estadio, el Palacio de Deportes, el parque de Las Llamas, un buen sitio para hacer tantas cosas... Desde pasear, tomar el sol, comer, descansar hasta ver como juegan al jugger... Si subes, estarás en “las universidades” sé que no es correcto, en realidad son facultades y una sola universidad, pero así lo dice la gente.

Si quieres atajar, puedes subir hasta General Dávila (ya cada vez se hace menos dura la cuesta) y desde ahí bajar al centro. Si quieres hacer el recorrido inverso, ni se te ocurra subir la cuesta de la Atalaya o morirás... Sí, bueno, exagero, pero es una cuesta horrible.



Sólo es una pequeña parte de todo lo que se puede ver allí, sin contar todos los eventos culturales a los que se puede asistir, ni el recorrido nocturno de fiesta...

¡Qué bella es Santander!